Se encuentra frente al núcleo de Guardias Viejas, topónimo que viene dado por la presencia del Castillo. Una batería militar que data del siglo XVIII y que tenía una función defensiva principalmente de los piratas, que habituaban realizar incursiones desde el Norte de África para apoderarse del mayor botín posible, secuestrar a los habitantes de la zona y posteriormente solicitar un rescate por los mismos.
El Castillo de Guardias Viejas tiene un importante valor arquitectónico-militar y está catalogado como Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento. Actualmente alberga un Museo de armas y uniformes de la época, vestigio de las tropas de caballería e infantería que defendían la Costa desde el Castillo.
Pero Guardias Viejas tiene un amplio bagaje en la historia, puesto que gracias a su morfología y situación, ha sido puerto natural desde la época romana y con alta actividad comercial, puesto que en el entorno se elaboraba el garum romano, una especie de salsa elaborada a partir de pescado y vísceras fermentadas de pescado, que era considerado en la época como un alimento con alto poder afrodisiaco y curativo, alcanzando elevados precios, por lo que sólo podían permitírselo las clases altas. Como puede observar, la alta cocina se ha venido desarrollando a lo largo de la historia, no es únicamente una moda actual.
Antes de marcharse, le aconsejamos que se relaje en la playa de los Baños, a los pies del Castillo y con unas vistas espectaculares de la Sierra de Gádor y de Sierra Nevada. Un sistema montañoso que nos resguarda de los fríos aires del norte y nos permite disfrutar de un microclima único, que hace que hasta en invierno podamos disfrutar en un mismo día de un rato de esquí en Sierra Nevada y un rato de playa en esta costas. Pocos lugares pueden decir lo mismo. Saborea el paisaje.