Nos encontramos frente a las costas de Balerma, núcleo de origen pesquero, aunque en la actualidad el sector de actividad predominante sea la agricultura de invernadero, que ha transformado claramente su fisonomía de pueblo tradicional.
Pero Balerma no ha perdido en absoluto su espíritu marinero, y en la visita descubriremos su pequeño y cuidado Puerto de Mar, con una lonja que debería visitar y contemplar cómo se subasta el pescado recién capturado del Mediterráneo.
Pescado fresco que podremos disfrutar en la amplia oferta de restauración existente en Balerma, núcleo tradicional por excelencia para degustar la excepcional gastronomía mediterránea. Pescado aderezado con los magníficos productos de la huerta local. Un auténtico manjar que nos deleitará todos los sentidos.
Tras la comida, caminaremos un poco para visitar la Torre Fortificada de Balerma, una atalaya del Siglo XVIII perteneciente al sistema defensivo costero para proteger la zona litoral y que utilizó una construcción defensiva todavía más antigua. El peligro viene del mar.
Para finalizar la jornada, nos merecemos un capricho y relajarnos en las estupendas playas de Balerma, dotadas de toda clase de servicios e infraestructuras y con una calidad de las aguas excelentes.